jueves, 19 de febrero de 2009

La reseña del cumpleaños...

debería ser el tema de mi siguiente post. Ya lo tenía planeado y todo pero no sé porque no me siento en el mood correcto. Diré que es porque aún cuando este ha sido uno de los mejores cumpleaños (emocionalmente hablando, con muy poco blah pre-cumpleañero) me sigue alejando cada vez más de la época en la que ponerme falditas sobre jeans y converse negros cochinos y rayados y mangas estilo beetlejuice y listones amarrados en el brazo y vestirme con negro excesivo era lo mejor de la vida.

Ahora siento que me vería ridícula así. Y en efecto. Y no es que yo fuera emo. Emo ni siquiera era fashion cuando mi pubertad estaba en su esplendor. Todavía se usaba el término dark. Aunque tampoco era eso. Nomás me gustaba vestirme así y ya.
[Se dieron cuenta como debrayé a otros temas? Ja... es por que uno medita sobre su pasado cuando cumple años.]
Buenos tiempos. Me deprimía y tenía desórdenes alimenticios y tenía amigos fresas y amigos "alternativos" y amigas porristas y amigos del fumer y amigos darks y amigos que jugaban soccer y amigas del cafecito de los viernes y amigos ravers y amigas antreras y amigos normales y de todo un poco y yo no era ni de uno ni de otro y eso me encantaba.

Nótese que yo encajaba al principio con las fresas del cafecito de los viernes. Y es algo que me perturbó durante toda mi vida secundaresca.... Ya en la prepa ya no. (Nota mental: Algúna día haré un post más exahustivo sobre el tema) Y me cortaba y así cuando cortarse y deprimirse y tener desórdenes alimenticios tampoco era fashion. Y mi amiga "alternativa" también se cortaba y nos sacaban de clase de Lenguaje y expresión I porque -amiga del pasado- ya se andaba desmayando de la impresión. Y todo nos resultaba muy divertido.
Y uno la podía cagar y recagar y todo se arreglaba así bien rápido. El corazón incluido.
De hecho todo era divertido, todo estaba bien en un extraño sentido. Todo era más fácil y todo era rico, se sentía rico, olía rico, se reía rico, se bebía rico, aún las cosas malas.
¿Porque todo se va complicando mientras nos hacemos más merecedores de botox en la cara? que asco, andarse poniendo grasa animal en las arrugas, no?
Y nótese que no quiero decir que ahora la vida sea una porquería o algo así, pero... osea si me explicoooo?? coño... creo que no...

En mi cumpleaños del jueves pasado me robaron mi cámara. Creo que hay un karma universal extraño con las cámaras y yo. O tal vez es mi falta de cuidado y responsabilidad para con los juguetitos caros que el papá me sigue comprando cada vez que se pierden... por eso ya mandé a arreglar la ya mencionada en este blog W-55 rosa por respeto al papá y sus finanzas.

Así que sucedió un fenómeno curioso: No hay fotos de mi cumpleaños. Ni una sola. ¿Por que es curioso? Porque yo soy doña amo-tomar-fotos de cada momento digno de fotos de mi vida. Pensé en pedir una cámara prestada para tener mis 30983225 fotos de cumpleaños pero decidí que no. No fotos esta vez. Y estuvo cool!!!!! Jajaja es raro y tal vez a quien lea esto se le hará completamente estúpido y trivial pero para mi no lo es. Es más podría decir que fue como una experiencia el estar ahi sentada pasándola increíble y sin tomar fotos cada 5 segundos...
El asunto terminó con unas 30 fotos de celular tomadas por asistentes a alguno de los festejos cumpleañeros y ya.

Fue mi primer cumpleaños soltera en mucho tiempo (bueno en Francia también estaba soltera pero me decía te amo-te amo con alguien acá en México así que no cuenta), mi primer cumpleaños en un estado emocional más estable, mi primer cumpleaños donde no me da la paranoia de que nadie irá al festejo, mi primer cumpleaños donde puedo estar sin alguien recordándome que es mi día sin sentirme como que no es mi día... (ahh qué difícil es intentar explicar cosas acá más personales en un impersonal blog, no sé si me gustá la sensación) y a la mera hora se juntó un grupo extraño, heterogéneo de gente (en cada uno de los festejos) que me hizo sentir excelente, que me hizo sentir acá chido, como en la prepa... como a gusto, disfrutable y rico como un brownie francés recién hecho y oloroso a chocolate a más no poder.

Osea que, en pocas palabras me la pasé de huevos. Yeah baby!!!

jueves, 12 de febrero de 2009

Felíz cumple a miiii!!!

Oh si, egocéntrico post dedicado a mis veintitres sensuales primaveras!!!!
Y como no podía faltar, tengo un poco de insomnio... Pero eeeequis, okey, palabras: felíz cumpleaños a ti, LaAlicia en tu día, y en tu blog, jajaja.

lunes, 9 de febrero de 2009

Del Jueves.

A veces durante el día, manejando, bañándome, caminando, en clase, comiendo, en el baño, arreglándome, subiendo las escaleras, etcétera, se me ocurren como ochenta cosas para poner en mi blog. Las anoto mentalmente, les pongo viñetas, las acomodo, les encuentro sinónimos y luego se me olvidan, arggh jajaja, siempre pasa.
Así que este post se centra en la siguiente idea y nada más: El jueves es mi cumple!!! Yeah baby!!

martes, 3 de febrero de 2009

Recuerdo del pasado (que me encabrona).

Cuando tenía como 5 o 6 años iba a jugar a casa de mis amiguitas. O ellas iban a la mía. Bueno, más bien, iban al departamento donde vivía yo en el nunca bien ponderado Distrito Federal.

Dentro de la emoción de pedir permiso a las mamás saliendo de la escuela, comer en comedor (o cocina o desayunador) ajeno, con cubiertos ajenos, lavarse las manos en baño ajeno, sentarse en sillas ajenas, etc. estaba la necesidad de enseñarle a la mamá y/o hermanitos de la amiguita que todas éramos bien educaditas, lindas niñas bien del J.A.K. Institute.
Que sabíamos decir "por favor", "gracias" y usábamos la servilleta constantemente y nos lavábamos las manos antes de comer y después de ir al baño.

(Que hueva, digo yo. Las hijas de alguien algún día tendrán que aprender todo eso... Ja.)

Después de comer y decir "buen provecho, muchas gracias" era el momento de ir al cuarto de la amiguita y jugar durante dos o tres horas máximo, que era cuando tu mamá aparecía en la puerta (tipo 7:00pm) haciendo small-talk con la mamá de la amiguita, agradeciéndole las atenciones y rezando por dentro que el papá o el hermano mayor no nos hubiera toqueteado (oh si, las mamás son bastante psycho generalmente) o algo peor como haber dicho groserías en nuestra inocente presencia.

Entonces venía el momento de "-nombre de la amiguita-!!! ya llegó la mamá de -mi nombre-, recojan los juguetes porque ya se van..."
Respuesta de las vocecillas inocentes que dicen "Ayyyy no maaaa, 5 minutos más es que estamos jugando a las barbies"
"Bueno, a las 7:30 las quiero aquí abajo, con -mi nombre- lista para irse con su mamá"
"Okey mami"

A eso de las 7:15, la mayoría de mis responsables amiguitas y yo nos poníamos a recoger los peluches, barbies, muñecas, playmobiles, carritos, transformers, etc. con los que habíamos ejercitado la imaginación durante las últimas horas de la tarde.
Siempre era así. Siempre era igual. A la hora acordada yo estaba abajo con mi mochilita, loncherita y chamarrita, lista para irme con mi mami y seguir siendo felices.

Generalmente era así. Pero oh no. Así no era con la vecinita del edificio de enfrente.
Era una cabroncita de lo peor y si había algo que me enojaba a mis inocentes 5 o 6 años de vida era ella y su cabroncez. Verán...

La vecinita del edificio de enfrente tenía un serio problema a la hora de recoger los juguetes, estimuladores de la imaginación infantil. Le pondremos M. para efectos de no-balconeo en este blog...

Cuando M. se tenía que ir a su casa, no llegaba su mamá por ella. Obvio... pues era la vecinita del edificio de enfrente y cuando jugábamos entre vecinitas, las mamás nos ponían una hora de llegada que había que respetar. Ahora, después de tantos años, me doy cuenta que su familia era un poco disfuncional y por eso a la pobre no le daban hora de llegada. Perra.

Llegada la hora de recoger (decidida por la mamá de la casa donde estaba jugando la vecinita del edificio de enfrente) M. se levantaba muy educadita ella, muy modosita y decía "Perdón, no me puedo quedar a recoger porque mi mamá me dijo que llegara las xx:00pm, gracias, hasta luego" Y se iba. Dos o tres veces pasó y decíamos las demás vecinitas junto con la mamá de la casa, ay bueno, no puede llegar tarde, pobrecita recojamos entre nosotras.

Pero no dejó de pasar, M. se descaraba cada vez más; si eran las 6:45 decía que tenía que llegar a las 6:50 y si eran las 6:50 decía que tenía que llegar a las 6:55. Inteligente la chiquilla. Y si cuando llegaba a la casa a jugar se le preguntaba la hora de llegada que tenía, decía que no la había y a la mera hora de la recogida se acordaba milagrosamente. Perra infeliz.

Lo peor del caso es que me sigue encabronando porque nunca pudimos hacer nada. Aún cuando todas las vecinitas nos unimos en su contra y ya no le prestábamos las Barbies chidas y le dejábamos los playmobiles mordidos por el perro. Nunca pudimos hacer nada y ella siempre se fue sin recoger.
Luego me enteré que su papá le pegaba y la mamá lo dejó porque él no aprobaba que ella bailara en cierto club de noche. Y no es que donde yo vivía vivieran mujeres que bailaban en clubes de noche...

Hace como cinco años la volví a ver. Estábamos en la casa nueva de una de las vecinitas de aquélla época. No jugamos a las Barbies esta vez. Pero cuando se acabó la fiesta y tuvimos que recoger los vasitos rojos y juntar las botellas, M. se levantó y dijo "Ayyy sorry que no les puedo ayudar a recoger, mi novio ya me está esperando en el coche."
Perra infeliz, doblemente y del demonio. Sabíamos bien que no tenía novio.