jueves, 16 de junio de 2011

Carta al Osito Bimbo.

Osito Bimbo,

Sé que estás arriba en algún lugar. Ya sea en el cielo o en un anaquel de WalMart, pero sé que si te hago esta cartita y la pongo en mi blog, la leerás y me concederás el deseo enorme que abarca mi corazoncito en estos días...

Es simple y es: Por favor, Osito Bimbo, deja las cosas en mi vida como están. Así nomás. Toditas ellas, donde están acomodadas, así déjalas. El pasado y su gente, el presente y sus implicados y el futuro, ése, porfis no dejes que me alcance muy pronto. Mis amigos están bien acomodados, traemos la fiesta poca madre. Mi trabajo; mis planes de dejarlo pronto. Mi ex. El otro ex. Los cachitos de mi corazoncito que fue regando hasta su casa, ahí déjalos. Que nadie los recoja y menos aún, que nadie siga el caminito de regreso. (Total no contaminan. Ya ves que son biodegradables.) Mi familia, sus planes, mis primos, sus esposos y esposas, sus ilusiones, están bien puestas donde están. Todos las tienen, ahí déjalas. Mis planes a mediano plazo y mis expectativas de la vida a futuro están bien como están ahorita, me gusta tenerlas ahí en los estantes del futuro, brillando a lo lejos, pero ahí, de lejos.

No dejes que nada se desacomode ahorita. Que nadie venga del pasado a desmadrarme el jenga de sentimientos que tengo armado hasta hoy. Está bien ahí. Se balancea pero ya aprendió a quedarse quieto bajo su propio peso. Así está bien. Que nadie venga del futuro a querer poner nuevas piezas. (Eso es básico, no se vaya a caer.) Y principalmente, no dejes que yo misma me quiera hacer la valiente e intente mover las piezas, reacomodarlas. Ya sabes que eso siempre causa problemas.

Y, para que todo sea realmente perfecto, llévame a cenar aquí cosas ricas que tengan efectos calóricos inversos y si se puede que te ayuden a detener el tiempo.

Gracias.