jueves, 21 de octubre de 2010

Pensamientos de oficina.

Amo reirme como tonta. Amo decir tonterías que hacen a la gente reirse como tonta. El día que lo deje de hacer creo que saltaré de un puente.

No entiendo cómo alguien, cualquier persona, lo dejaría de hacer porque está en la oficina. Si ahí paso el ochenta por ciento de mi día, ahí hago el noventa por ciento de la pipí que hago al día, si ahí hablo el setenta por ciento de las cosas que hablo en el día y definitivamente ahí se queda el cien por ciento de mi esfuerzo mental diario (porque ya llevo un rato en el que llego a mi casa y desconecto el cerebro de tan pinche cansada que estoy), entonces por qué chingados no me voy a poder sentar de vez en cuando abajo de mi escritorio a comer chocokrispis y decir babosadas.

No señora jefa, señor jefe, usté ama mi trabajo y mi desempeño y se la pasa diciéndome que soy la onda y que no sabe qué haría sin mi y que soy listita y así ¿no? Y me contrató con arete en la nariz, tatuaje en la nalga y pendejadas en la cabeza ¿no?

Ahora se chinga.

3 comentarios:

O. B. Juz dijo...

Te dejo un honguito para decirte que me encantó el final jeje "ahora se chinga" jeje no hay mejores palabras para expresarlo y que bueno que tengas esa ideología, pocos la tenemos, aunque, yo no me meto bajo el escritorio porque la señora que barre nos visita dos veces al mes jeje

Xenomorph dijo...

Yo amo que digas tonterías que me hacen reír, sobre todo cuando ya no río. Soy una persona miserable y me hace muy feliz tenerte en mi vida.

Te quiero.

Y sí, que se chingue su jefe.

P.D. Yo quiero ver el tatuaje en la nalga, in real life jajajaja

La Alicia dijo...

* O.B. Juz: Podrías hacer bolitas de pelusa mientras estás ahí jejeje

* Xenomorph: Eres todo menos miserable y lo sabes. ¿Cómo que no lo has visto in real life?... ¡¡La siguiente vez que te vea!!