Fuuuck... se pasó el tiempo y ya es miércoles 27

y me enoja porque el punto del post de hoy, martes 26, era muy simple:

Hoy hace un año que me fui a Francia...
En este mismo momento, hace trescientos sesenta y cinco días estaba sentada en un avión, intentando ver alguna de las películas de Harry Potter en mi pantallita personal y mi mente divagaba de escena en escena y hechizo en hechizo hacia lo que iba a ser mi vida, la aventurita hacia la que estaba volando. Volando por encima del atlántico, cosa que me da pánico (volar viendo el mar abajo jaja) y preguntándome si valdría la pena...
Y que si no la valió!! Más que eso. Aún cuando haya significado dejar mil cosas atrás, abrir las puertas a nuevas cosas, abrir la mente, los brazos y los ojos hacia otros horizontes (en todos los sentidos) y hasta hacer cosas que resultan haber sido hechas gracias a la 'influencia' de gente importante en ciertos momentos de la vida. Ay, de veras que cuando nos enamoramos, hacemos cada pendejada! Pero igual que la otra aventura, termina valiendo la pena. Y sólo cuando nos desenamoramos, o regresamos a México, nos damos cuenta... ¿será?