martes, 9 de septiembre de 2008

Como me estoy dando cuenta que últimamente me da como hueva pensar en el debraye que pondré por aquí, decidí someterme a mí misma a un experimento de auto investigación. No sé porque me anda atacando la hueva. Será porque es lo que pasa cada vez que intento tener un blog. Será porque hace mucho que no abro un libro (casi dos meses, algo que nunca en la vida me había pasado...omg!) y mi IQ ha disminuido. Será porque aún cuando las visitas aumentan misteriosamente, me sigue dando no se qué no conocer las caras que me leen y a quienes les escribo indirectamente. Bueno, conozco tres o cuatro jaaa. O será porque me doy cuenta que luego lo que uno pone aquí depende, como todo en la vida, del mood en el que estemos y de ahí salen las barrabasadas que tecleamos y luego salen bien, luego salen mal, luego salen tristes, luego encabronadas, luego pendejas, luego chistosas, luego rencorosas, luego deslumbrantes -y no precisamente por su brillo intelectual-, también filosóficas, retóricas, con ene faltas de ortografía, opiniones infundadas, opiniones inteligentes. Las hay de todo. Me baso en las propias. Preguntonas, presumidas, reveladoras, entretenidas. De aquéllo ajeno, sé de gente que en lugar de facebookear, (o bueno, cualquier red social, disculpen que proyecte mi poco ortodoxa adicción a facebook) prefieren bloggear; navegar a ver qué se encuentran. Así como otros youtubear, flickerear, myspacear, o sea lo que sea que haga la gente que quiere perder tiempo en línea. Así, precisamente así, como lo estoy haciendo yo en este momento. Ya. Se perdió la motivación de someterme a mí misma a la auto investigación. Mmm... eso fue redundante? Jaja. Bueno, será para la siguiente entrada porque como bien dice mi sabia etiqueta, me cagan los posts largos.

No hay comentarios: