Y pues bueno, el proceso graduativo como todo mundo lo espera; emocionante, divertido, con mucho festejo e invitado, con sendas bebidas alcohólicas, con muchos amigos, muchas fotos, muchos miles de pesos gastados en vestidos, zapatos, peinados y cosas así, muchas comidas, abrazos, regalos, y hartos nervios por desfilar frente a media humanidad para recoger el título.
El viernes pasado fue la ceremonia de la entrega de los títulos, todos nerviositos, con g

Nótese que todo este intercambio de palabras se da en menos de 25 o 30 segundos, mismos durante los cuales don Rangel le estrecha a uno la mano a la manera regia, harto fuerte y con harto movimiento. Lo sorprendente aquí señores, por si no le encontraron chiste al relato, es que este señor entrega títulos en menos de una semana a no sé... dos mil personas? En mi campus fuimos como 180 y casi a cada quien le hacía pregunta/comentario bastante personal, digo para ser señor don cabrón rector del sistema. Supongo que tiene un eficaz apuntador... Oh si, me cae re bien papá Rangel.
Acto seguido uno saluda y recibe su título de don Eduardo Monroy Cárdenas que así, bien a bien, no sé qué papel juega en todo este chiste, pero supongo que uno muy importante porque la callesota que lleva a mi escuela se llama como él. Creo que fundó el campus de aqui o algo...
En fin, una luego se concentra en bajar la escalera sin azotar, sonreir para la foto y sostener el título de manera elegante, al mismo tiempo que equilibra su peso en los tacones súper fashion que una eligió para tan importante día y que claro, una no está acostumbrada a dominar por tener una inclinación bastante fuerte hacia los tenis fachosos de variados colores.
Luego vinieron las palabras, unas cancioncitas, más fotos y el Sí protesto (clic para el video) entre enérgico y emocionado por parte de todos nosotros, ciudadanos comprometidos con nuestro entorno, medio ambiente y sociedad. Y luego aplausos y como que todo mundo se queda con ganas de aventar algo. Si, suena raro, pero estando entre la multitid de nuevos desmpleados, a una le queda ése feeling y como no tenemos qué aventar, todos alzan sus títulos y los agitan en el aire como si no valieran los hartos miles de pesos que valen. Una amiga repartió serpentinas (supongo que previó aquéllo de las ganas de aventar) pero creo que a todos los que teníamos se nos olvidó. Personalmente, la mía quedó hecha bola y embarrada en la bolsa de mi vestido siii, cómo la ven, mi vestido súper fashion tenía bolsas porque claro, como siempre, traía mi trident de menta y pues ni modo de pasar por el título con chicle en la boca, nooooo, claro... es mucho mejor idea sacármelo de manera poco elegante y guardarlo en la bolsa, pa'l rato. Y pos la serpentina encontró en él a un nuevo amigo y decidió hacerse uno mismo con él.
Después no me acuerdo que mas pasa, supongo que se acabó y al brindis, el segundo
Luego el festejo familiar en restaurante decente, palabras de mis padres, con tenedor para ensalada y plato fuerte y postre. Y después festejo leve con los amigos en la casa de Mayte, amiga de la infancia con la que he compartido graduación desde sexto de primaria hasta ahora. A dormir temprano que mañana es la fiesta, y hay que echar rock como una graduación de profesional lo merece.
El sábado tengo que decir que fue perfecto, salvo por una quemada que me metí el día anterior con tanta foto, pero es lo de menos jaja. Fueron los papás, mi primo Luis y mis más amigos, mis mejores amigos de toda la vida y fui más feliz que una lombriz en agua puerca. La cenita, el vestido, el brindis, mucha Möet patrocinada por el papá, y luego el bailongo al mil fueron la onda, la pura onda. Bailamos de todo, como siempre en ésas fiestas. Vi a mil amigos, saludar a gente que hace muc
Pero hay algo, hay un algo que por más que le busco no encuentro qué es, que como que me medio molesta. Algo, algo, algo. No sé si tiene que ver con la manera en la que me comporté cuando están presentes los papás y que cuando se fueron dije eaaaa, cubas vengan a mi, porque creo que terminé bastante más acá que lo que yo pensaba, no sé si tiene que ver con situaciones en las que la atención está casi totalmente centrada en mi por tanto tiempo (dos días como highlights pero pues... me entienden no? la planeación, invitaciones, emoción, amigos hablando de si si TU graduación, TU vestido, TU coño, lo que sea) y que no sé si no estoy acostumbrada o nomás no me acaba de gustar. Creo que sigo siendo igual de rara y poco sociable. Ja. Tampoco sé si es algo relacionado con lo anterior, la planeación de las cosas así como en grande para que puff, dos días y todo el tiempo, todas las pruebas de vestido, todas las tiendas recorridas, todas las horas de maquillaje, todo el dinero gastado, todo lo que se habló, planeó, e invitó se acaba así nomás y ya chiquitibumbombita. Tampoco sé si también tiene que ver conque en algún momento de la noche del sábado, por ahi entre las 4 y 6 yo calculo, el ex Memo me fue a saludar muy contento y felicidades por tu graduación y yo ya estaba bastante más alcoholizada de lo que pensaba y la verdad, hace tanto que no hablaba con él que en algún lugar de mi mente yo pensaba que debería estar menos peda para poder establecer por lo menos, una conversación coherente y cordial con él. Fue ahí cuando me di cuenta que si había tomado un buen. Luego vi las fotos y lo constaté jajaja. Pero el punto era que según yo estaba acá bien sobria y no sé porque como que en el fondo me molesta un poco.
O chance es el conjunto de todo, o chance no es nada de éso y sólo es una cosa nueva que nunca he sentido y por éso no la sé identificar. La idea de ya no tener nada que hacer. No tener que hacer nada. El no tener. Ni el hacer. Debraye al mil.
Y es raro porque también este feeling me pone contenta, saber que cumplí con algo y cumplí bien como siempre y que ahorita tengo chance de poder no hacer nada en lo que encuentro lo que quiero empezar a hacer... por lo menos en este momento de mi vida.
No sé porque sigo sintiendo que la graduación del semestre pasado también fue mía y se alargó y se puso re buena jejeje.
Y ya. Así es como uno se gradúa y se pone feliz y sigue aventureando por la vida y no quiere volverse un adulto aburrido y éso, de cierta extraña manera, también me pone feliz. Creo que yo contaré como un adulto extraño. =]